Basándome en la película Inside Out, o Intensamente, y mis propias experiencias personales y con clientes, una de las emociones que muchas veces nos embarga es la Tristeza!
que es clasificada como una emoción primaria, junto con la ira, el temor, la felicidad, el enfado, la sorpresa y el disgusto, considerándose negativa; sin embargo, es natural y necesaria en nuestras vidas.
Se define como un estado anímico producido por un suceso desfavorable que suele manifestarse con pesimismo, insatisfacción y tendencia al llanto; es la emoción básica opuesta a la alegría. Activa el proceso psicológico que nos permite superar pérdidas, desilusiones o fracasos.
Abarca los sentimientos de soledad, apatía, autocompasión, desconsuelo, melancolía, pesimismo y desánimo, entre otros y puede estar motivada por muchas causas, pero, generalmente, aparece ligada a las pérdidas de alguna persona, objeto, relación o expectativa con la que sosteníamos un fuerte vínculo emocional.
La tristeza puede manifestarse en múltiples formas y en diferentes niveles e intensidades. A nivel físico, puede presentar llanto, retardo psicomotor, modificaciones en las facciones faciales (rostro abatido), falta de apetito, problemas de sueño, sensación de nudo en la garganta, opresión, pesadez, pesadez en los hombros, sensación de vacío e incluso dolor.
A nivel mental, puede darse una focalización de la atención en la situación problemática, dificultad para mantener la mente en blanco, problemas de concentración, pensamientos intrusivos sobre la situación. Se caracteriza por un estado interno de malestar o de abatimiento. Cuando estamos tristes sentimos decaimiento de ánimo, falta de autoconfianza y sensación de vulnerabilidad.
La persona, a nivel conductual, se puede encontrar desmotivada y con desgano para hacer las tareas cotidianas y actividades sociales; suele restringir sus actividades físicas haciendo muy poco o nada.
A nivel cognitivo, se suele producir una falta de interés y de motivación por actividades que antes eran satisfactorias y se vislumbra la realidad desde un ángulo negativo; tiende a apreciarse sólo lo malo de las situaciones.
Cuando estamos tristes o lloramos, a nivel neuronal, se incrementa el consumo de glucosa y oxígeno en el cerebro, por ello cuando lloramos incrementamos la frecuencia respiratoria; es ésta la respuesta emocional que más rápido se auto limita (10 minutos de llanto cansan mucho al cerebro), y muy seguramente pasamos de la tristeza al sueño.
Es una emoción que nos invita a la reflexión y nos obliga a detenernos y a prestar atención a algo que nos sucede. Cuando nos sentimos tristes nos replegamos sobre nosotros mismos, nos aislamos para iniciar el proceso de gestión de la emoción; generamos pensamientos alternativos sobre la situación traumática que nos ayudan a encajarla en nuestra vida e historia personal. Más adelante, se produce una reorganización de las conductas que emitimos para adaptarnos a la nueva realidad que nos toca vivir con nuestras pérdidas, desilusiones o fracasos. Por tanto, es una emoción útil, aunque dolorosa, puesto que es el punto de arranque del proceso de aceptación de una realidad que nos genera un daño. Asimismo, ayuda a aprender de los errores y a asimilar las pérdidas.
Hay 3 características importantes
Recuerda mis consultas de Coaching Personal que pueden ayudartehttps://rosarinaldi.com/coaching-personal-explora-tu-verdadera-esencia/ en este y otros aspectos .
Es importante tener en cuenta estos aspectos cuando sobreviene la Tristeza, que tanto nos puede enseñar!
Siempre Éxito y Arriba la Alegría!
Ros Rinaldi