Una tisana es una bebida que se suele tomar en caliente, aunque también puede ser en frío, tiene muchos beneficios para la salud, libre de cafeína y llena de propiedades curativas. Es el resultado de hervir en agua varias plantas medicinales, con la posibilidad de incluir en dicha bebida otros elementos tales como frutas, bayas, semillas especias, flores… aunque también debemos de dejar claro que, al hablar de tisanas, se sobreentiende que nos referimos a la mezcla única de plantas.
Las tisanas están compuestas de hierbas deshidratadas y además molidas, luego son introducidas en bolsas de papel de filtro o coladores de té.
Con las tisanas conseguimos sacar el máximo partido a las hierbas ya que, al hervirlas, el agua queda impregnada de sustancias solubles que pueden aportar efectos beneficiosos para la salud. Las tisanas se utilizan en la medicina alternativa, pero, cabe destacar que son también conocidas como té o bebidas aromáticas.
Como su nombre indica se trata de una bebida que contiene teína y que se obtiene al infusionar las hojas de la planta del té. Existen cuatro tipos de tés (blanco, negro, rojo y amarillo). Los tés son infusiones, pero no todas las infusiones son tés.
La principal diferencia entre un té y una tisana es la composición. Las tisanas se componen de plantas. Además, las tisanas requieren de un mayor tiempo de elaboración; mientras que los tés infusionan entre 3 o 4 minutos, las tisanas debemos dejarlas al menos 15 minutos, obteniendo aromas mucho más intensos.
Cabe destacar que las tisanas a menudo están compuestas de varios ingredientes, hojas diversas, hierbas e incluyo bayas, semillas o flores.
Cuando hablamos de infusiones, en realidad nos referimos al modo de preparación. La clave es que no llegue al estado de ebullición; es decir, que no hierva.
La frecuencia de consumo de las tisanas dependerá de cada planta en especial y de la patología o síntomas a tratar. En todo caso siempre es aconsejable y recomendable que consultes con un especialista o médico para que te indique la forma adecuada de tomarla.
Para elaborar una tisana se debe de tener en cuenta varios factores; uno de los principales es que los ingredientes empleados en la elaboración de la misma no contengan principios activos incompatibles. Las plantas empleadas deben de triturarse o cortarse según para qué vayan a emplearse. Para que una tisana pueda desplegar todo su aroma y beneficio. La temperatura, la dosificación, la dureza del agua y el tiempo de remojo desempeñan un papel importante.
▸ Calentamos en un cazo o taza agua hasta llegar a hervir. Después tenemos varias opciones.
▸ Echamos la tisana directamente en el agua y luego la colamos o colocamos en un filtro especial para tes o tisanas y lo metemos en el agua, lo normal es dejarlo reposar entre 7 y 10 minutos antes de tomar, bien es cierto que dependiendo de la tisana esto puede variar, dependiendo del grosor de la hierba o los componentes de la tisana.
Entre otras como ejemplo existen: Tisana de manzanilla, de menta, de jengibre, de flor de jamaica, rosas, etc.
El consumo de tisanas trae una gran variedad de beneficios a nuestro organismo. Su objetivo principal es extraer los principios activos de la planta a través del agua. Detallamos en la siguientes líneas para qué sirven este tipo de infusiones:
Muchas veces este tipo de infusiones son confundidas con té, es muy fácil escucha decir: te de manzanilla, te de jengibre, etc, los cuales son tisanas.
Espero que esta nota, haya dejado en claro lo que son las tisanas y las disfrutes tanto como el té!
Sempre té ! Siempre Éxito!
Rosa Rinaldi